ÚLTIMA HORA

lunes, 20 de febrero de 2012

"Cuando el carnaval se acercaba, todos vivíamos en un continuo repasar los días: uno, dos, tres, cuatro, hasta el día señalado. Nos hablábamos en silencio, misteriosamente. Ya en la víspera, nos mirábamos temblorosos, deseando gritar, dar saltos, pero recogidos en el deseo. Nos acostaban muy temprano, después de preparar el disfraz sobre una silla, y nos dormíamos muy tarde, con un sueño agitado, lleno de saltos de carnaval. Y a la mañana, después de vestirnos con nuestros disfraces, bajábamos al patio húmedo de la noche y empezábamos a llamar con unas voces delgadas, embrujadas. Venía la abuela fingiendo un asombro asustado en sus ojos y nos decía: "Pasen, pasen, mascaritas"; y pasábamos todos muy serios. Y mamá llegaba y se asustaba mucho también. Y como nos daba mucha pena -un miedo de uno mismo, interiormente- tirábamos el antifaz y le decíamos: "¡Si soy yo". Y toda la mañana se colgaba de sorpresas". 
                                                           Josefina de la Torre, Poemas de la isla

0 comentarios: