ÚLTIMA HORA

sábado, 23 de noviembre de 2013

¡ME CONVERTÍ EN UN PERRO!



Un sueño raro
Fue un día muy extraño, me desperté con dolor en el cuerpo, al abrir los ojos me encontré en la calle, en frente de mi preciosa casa. Al abrir los ojos bien, muy bien, me quedé blanca, pues tenía cuatro patas. Pensé que estaba soñando. Yo en mi mente pensaba, "Nira, esto es un sueño. Tranquila". Pero escuché unos chasquidos de un precioso niño rubio, que se me acercó y empezó a acariciarme. Voluntariamente saqué la lengua y le lamí el bracito, pero... ¿Qué me estaba pasando? ¿ Me había sentado mal el potaje de anoche? Crucé la calle insólita y empecé a ladrar en la puerta de mi casa. Recibí insultos de mis vecinas, a las que siempre había detestado: "¡Cállate, chucho!", me decían varias veces hasta que me lancé y le mordí una pierna a una de ellas. Su familia empezó a correr detrás de mí, propinándome patadas para que me separara de aquella mujer rechoncha y amargada. Al rato, decidí dar un paseo. Me encontraba sedienta, y un joven, en un recipiente, me ofreció agua y pienso, pero... ¿Estaría bueno? ¡Pues sí! Estaba bueno, sabia a esas galletas tan deliciosas que compraba mi madre en la tienda que estaba al lado del instituto. Miré agradecida al joven y me fui. Estaba caminando, y, al mismo tiempo, pensando en lo que me había pasado. Al cruzar la calle, un Renault Polo negro, venía lanzado hacia mí. La conductora se dio cuenta y tocó la pita y, ¡bendita pita! Me desperté sudando y con mi perro a mi lado.
Anónimo, 3ºB



Noa
Me llamo Noa. Soy una perrita muy juguetona y muy cariñosa, soy blanca, de pelo largo y tengo una mirada muy tierna. Tengo dos años, soy muy buena y mi dueña me saca a pasear todos los días. La quiero mucho. 

Yessenia Rodríguez Santana, 3ºB

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