La última noche del año, después de comer, todos salían y nos quedábamos las dos solas con la antigua sirvienta. (Antes de marcharse, nos dejaban, para entrar el año, unos refrescos y unos dulces). Y les veíamos salir al baile, muy contentos, en espera del Año Nuevo...
Josefina de la Torre, Poemas de la isla
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